22.10.09

patchwork

el pasto está húmedo. resbalo mis dedos por sobre él, abstrayéndome de
sin poder pensar en otra cosa que


levantamos las manos al cielo
nos miramos a los ojos
nos dejamos caer, sin miedo.

y nos empezamos a comer las vcales



la luz entraba perfecta y nítida por el pequeño orificio



mezcló los químicos hasta obtener el azul deseado.
lo vertió sobre el pulcro y estéril recipiente contiguo.
barrió las pelusas del día, cerró las cortinas y se fue.



estaban agachados, mirando el suelo. yo no conseguí ver nada más que el irregular gris cemento. me quedé a cierta distancia, esperando ver que hacían. pasaron unos minutos, ellos, inmóviles, mirada fija al suelo, yo, inmóvil, mirada fija en ellos.
me rehusé a irme hasta ver que sucedía.
otros minutos y nada. me iba a ir, y uno de ellos se puso de pie. me miró fijo, y me estiró una mano, la palma hacia arriba, ni una palabra.
lo primero que me nació fue tomarle la mano. me la apretó, dio un tirón, sacudió el brazo y soltó. casi caigo hacia atrás. se volvió a agachar a mirar fijo el suelo.
esto no debía ser así, pensé.

tomé mi bolso, corrí a la esquina y salté la poza. les tiré el bolso desde el otro lado.
y me fui.
después recordé que en verdad lo que miraban era mi bolso que ya estaba en el suelo.
que yo había dejado caer mientras caminaba, justo antes de



hola, está todo bien?- me dijo. no, en lo absoluto- le respondí.
nada está bien, nunca. aquí ni allá. nada.
uf!



uno nunca sabe cómo decir las cosas. a veces sabe qué decir. pero nunca cómo.
las asincronías parecen dominar mi vida, me dijo.
yo pensaba que eso no lo había pensado mucho. su melancolía me parecía extraña.
caminamos algunas horas, mientras divagaba hurgando en su pasado, contándome cómo era que difícilmente sentía estar a tono con los tiempos, cómo nunca coincidía, con los espacios, la gente, ni consigo ni conmigo.
así llegamos hasta la puerta de su casa. yo no quería entrar. tampoco me invitó a hacerlo. ahí hubo sincronía, pensé.
nos despedimos de beso y abrazo.
le dije que bien las asincronías nos llevaban a otras sincronías. que dejase las expectativas, eso era todo el problema.
levantó los hombros y entró.
caminé hacia el paradero, sin dejar de pensar que realmente todo se debía a una lamentable asincronía.

5 comentarios:

fran en blablacía dijo...

Seca..!
Que increible retrato de este momento!
Me robaste mis palabr.., gracias!


un abrazo cute jaja

fran en blablacía dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Conti dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=PsD0NpFSADM

creo que va a ser nuestra nueva película mamona preferida

Anónimo dijo...

uuu sí, ya la vi.
la estética -música y fotografía- eran preciosas.
y la historia; tristemente linda.
p.

Brightsun dijo...

Oh!
Miren lo que encontré aquí!
Una Pati Kelly!
Me gustó el texto, pero me dejó algo triste, como siempre con esos desencuentros de lo que uno quiere que pase y lo que realmente pasa. Algo de eso había en la película (agh...esa Zooey...), y quizas por eso era tan triste y a la vez linda.

Un saludo bloguístico,

Joaquin