2.7.09

anoche me acordé de la titi,
la playa de arauco,
las calles del pueblo
y los cerros tapizados de bosque.
me acordé de nosotros en círculo,
en torno a la memoria,
como bordando su nombre en la mesa,
las manos, los ojos, los olores,
los platos, los juegos.
me acordé de los niños jugando sobre el pasto,
húmedo de rocío, gris el cielo,
y de nosotros en procesión entre las lápidas.
me acordé de las noches de traerla un poco de vuelta,
y de dejarla ir.
de nosotros en círculo,
del calor de la sala,
de su presencia en las hendiduras de la cara de mi viejo,
en los ojos sonrientes de su hermana
y en la voz quebrada al teléfono.
me acordé de las risas, las alegrías,
las añoranzas.
anoche invoqué su nombre,
sus ojos, sus manos,
y quise bordarla en mi memoria.

1 comentario:

Conti dijo...

me cae bien la naturalidad con que expones el dolor, que siempre va apegadito a los buenos recuerdos, y al pan con palta y a las conversaciones.

me gustó la manera en que haces que uno se sienta parte, de una reunión muy agena y familiar.
tan parte, que da pudor estar ahí.

pudor y gusto de poder acompañarte....porqué será no?