la hipocresía le subió por las piernas, reptó por sus muslos, avanzó por su espalda, se agarró de sus omóplatos, rodeó su cuello y entró por su boca.
pronto comenzó a salir expulsada por donde mismo, de a pequeños y perfectos goterones.
no acabó de salir hasta que, meses después, fue parida en forma de misiva; último gesto de graciosa diplomacia.
2 comentarios:
luego de que me mostraras este, estaba en la ducha y pensé----caridad.
no entiendo.
(o sea, explícate -o explícame- por favor)
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