12.6.09

la hipocresía le subió por las piernas, reptó por sus muslos, avanzó por su espalda, se agarró de sus omóplatos, rodeó su cuello y entró por su boca.
pronto comenzó a salir expulsada por donde mismo, de a pequeños y perfectos goterones.
no acabó de salir hasta que, meses después, fue parida en forma de misiva; último gesto de graciosa diplomacia.

2 comentarios:

Conti dijo...

luego de que me mostraras este, estaba en la ducha y pensé----caridad.

pk dijo...

no entiendo.
(o sea, explícate -o explícame- por favor)