16.9.10

yo no sé

y nos partimos en dos.

ya no estamos en tiempos de lágrimas ni de resoplidos,
pero yo no tengo idea.
a veces conversamos sobre eso, llegando a puntos álgidos, nos regocijamos un poquito, nos sentimos algo más contentos, creemos un poco lo posible.
seguimos andando con una leve intuición, con una mínima seguridad, que permite seguir respirando, discutiendo, sonriendo.
y te doy un abrazo, tratamos de traspasarnos esa pequeña intuición, de mantenerla en el abrazo, de que no se escape y se quede ahí, aquí.
se gastan los lápices, las gargantas, los vinos, las confianzas a veces flaquean.
y nos recordamos con un abrazo.

y yo que pensaba que era distinto. de sopetón cachamos que por ahí no va la cosa, y medio soñando tejemos eso que


y hay un abrazo que lo explica todo. o que lo sostiene todo.
una conversación culmina con un abrazo y palabras no dichas en veintitantos años, se desanuda la garganta, se siente denuevo.

y menos mal que yo no cachaba nada.

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