8.8.10

una cosa vieja se me paró en el hombro.
me susurró palabras viejas, sopló cosas al oído
esa cosa vieja

empezó a visitarme todas las mañanas,
me insinuaba qué desayunar, que pantalones calzar,
que caminos evitar.
empezó pronto a visitarme todas las noches,
contándome cuentos antes de dormir
esa cosa vieja.

me acompañaba en la micro, se picoteaba sus plumas durante mis clases,
se aferraba a mi hombro cuando volvía en bicicleta.
nunca la vi volar, a esa cosa vieja,
pero sus alas iban desperdigando plumas por donde yo caminara.

la cosa vieja un día me dijo que saltara
que ella me sostenía
mi peso era demasiado para sus plumas, le repliqué.
la cosa vieja se calló,
no volvío a decirme palabras viejas ni soplarme cosas al oído.
pero siguió picoteandose sus plumas durante mis clases,
aferrándose a mi hombro sobre la bicicleta,
y contándome cuentos antes de dormir.

1 comentario:

Conti dijo...

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